Comenzar de nuevo después de un descanso es una sensación al mismo tiempo desafiante y maravillosa. El cuerpo recuerda más de lo que pensamos: es cuestión de paciencia, movimiento y disfrutar el viaje de regreso.
Hay algo especial en los primeros entrenamientos después de un descanso. Es un poco como ponerse unos zapatos de baile viejos: todavía te quedan bien, pero ya no te parecen como antes. Los movimientos están ahí, pero no son tan suaves. El cuerpo se despierta, pero necesita un tiempo para volver al ritmo.
Ahora he entrenado dos días seguidos. Me siento bien de volver al buen camino, pero también noto que mi cuerpo necesita tiempo para adaptarse. Los movimientos son un poco más pesados que antes, mi resistencia no está del todo ahí y tengo que tomármelo con más calma de lo habitual. Pero una cosa es segura: estoy agradecido de estar de regreso.
¿Alguna vez has sentido esa sensación de empezar de nuevo después de una pausa? ¿Qué fue lo primero que notaste?
Esta startup es diferente. Tengo que escuchar a mi cuerpo con mucho cuidado. Después de la cirugía hace unas semanas y todavía con antibióticos, no puedo volver a mis viejas rutinas. Tengo que tomármelo con calma, darle tiempo a mi cuerpo para recuperarse y ser paciente conmigo mismo. Y realmente se siente bastante bien.
Porque entrenar no se trata sólo de superar los límites. También se trata de cuidar tu cuerpo, respetarlo y trabajar con él.
¿Cómo te encuentras con tu cuerpo cuando regresas después de un descanso? ¿Lo escuchas o intentas retornar a viejos hábitos?
Las investigaciones demuestran que el cuerpo tiene una sorprendente capacidad de adaptación. La memoria muscular nos permite recuperar fuerza y técnica rápidamente, mucho más rápido que si empezáramos desde cero. Después de algunas semanas de entrenamiento regular, el cuerpo comienza a recuperar la fuerza muscular, la resistencia y la movilidad.
Pero al mismo tiempo, es importante tener paciencia. Los músculos se pueden desarrollar rápidamente, pero los tendones y las articulaciones necesitan más tiempo. Por lo tanto, la progresión gradual es clave para evitar la sobrecarga y las lesiones.
Aunque las primeras sesiones parecen un reinicio, sé que el cuerpo recuerda. La memoria muscular, la técnica, la fuerza: todo está ahí, quizás un poco oculto, pero listo para volver a la vida. Ya he estado aquí antes y sé que no pasará mucho tiempo hasta que todo encaje.
Y eso me da una sensación de seguridad. No necesito estresarme. Sólo necesito aparecer, empezar a moverme y confiar en que el proceso me llevará a donde quiero ir.
¿Has experimentado que tu cuerpo te sorprende positivamente al empezar de nuevo? ¿Cómo te sentiste?
Habría sido fácil centrarse en el hecho de que las cosas se sienten más pesadas ahora. ¿Pero por qué debería hacerlo? No estoy frustrado. Estoy agradecido. Agradecido de estar de vuelta, de poder moverme, de tener la oportunidad de reconstruirme.
Es fácil compararse con dónde estaba antes de una ruptura. Pero la verdad es que lo único que importa es dónde estoy. es en este momento – y cómo elijo seguir adelante.
¿En qué decides centrarte cuando empiezas de nuevo? ¿Qué has perdido o qué estás a punto de recuperar?
Para que la transición de vuelta al entrenamiento sea lo más fluida posible, sigo algunos principios importantes:
Reduzco la intensidad y la carga en las primeras sesiones. El cuerpo necesita tiempo para adaptarse nuevamente.
Priorizo la buena forma y la técnica antes de aumentar los pesos o la intensidad.
El sueño, la hidratación y una nutrición adecuada juegan un papel importante en la rapidez con la que me recupero.
El dolor y la incomodidad no son lo mismo que el dolor causado por el ejercicio habitual. Conozco la diferencia y me adapto en consecuencia.
Una actitud positiva hacia el regreso al entrenamiento produce mejores resultados.
¡Me recuerdo a mí mismo que debo disfrutar el viaje!
No tengo nada que demostrarle a nadie. Este es mi viaje, mi cuerpo, mi startup. Lo tomo una sesión a la vez, un movimiento a la vez. Disfruto el proceso, porque sé que cada repetición me acerca a donde quiero estar.
Y eso es lo que importa.
"El progreso no es cuestión de velocidad, sino de continuar, con alegría, paciencia y gratitud". - Amelia Fjellvard
Así que si estás en una fase de startup, disfruta el viaje. Ser paciente. Confía en tu cuerpo. Recuerda más de lo que crees. Y lo más importante: celebra cada pequeño progreso, porque es la suma de estos momentos lo que te llevará de regreso a donde quieres estar.
¿Has vuelto a empezar recientemente después de un descanso? ¿Cómo ha sido para ti? ¡Por favor comparte tus pensamientos y experiencias!
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