Cuando me suba al escenario en Cancún ya tendré 59 años.

Pero este viaje es mucho más que sólo una competición. Se trata de:

• Superando el miedo: ¡Atrévete a enfrentar el miedo escénico y di "¡SÍ!" a una oportunidad con la que antes sólo podía soñar.
• Desarrollar la confianza en uno mismo: demostrarme a mí mismo y a los demás que la edad no tiene por qué ser una limitación para alcanzar grandes objetivos.
• Ser un modelo a seguir: inspirar a otros a soñar en grande, sin importar la edad. La pasión y el coraje no conocen límite de edad.
• Poniendo los bailes latinos en el mapa en Noruega: ya somos miles los que bailamos salsa y bachata aquí, pero siempre hay lugar para más.

La danza siempre ha sido una parte importante de mi vida. Desde la salsa hasta la bachata, he encontrado alegría, fuerza y comunidad en la pista de baile. La bachata, el estilo de baile que aprendí después de la salsa, me ha robado el corazón y ahora sueño con representar todo lo que represento en un escenario internacional, no solo para mí, sino para llamar la atención sobre estos estilos de baile y también para cualquiera que necesite un pequeño empujón para perseguir su propio sueño.